
Embarazada de Jesús, corrés al encuentro de tu prima Isabel para compartir con ella la Buena Nueva y ayudarla en sus trabajos.
Te veo, Madre, modelo de la vida religiosa apostólica. Concedenos de tu Hijo estar llenos de Él, para llevarlo y anunciarlo a los hermanos, buscando aliviarlos también en sus necesidades.
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