miércoles, 29 de junio de 2011

San Pedro y San Pablo



Otra noticia asombrosa.
Primero no dudaste, Señor, en hacerte uno de nosotros, correr nuestra suerte, para salvarnos.
Ahora, cuando ya estás junto al Padre, no dudás en poner tu Reino y ponerte vos en nuestras manos:
"Lo que ates en la tierra será atado en el cielo, lo que desates en la tierra será desatado en el cielo".
"Hagan esto en memoria mía"
¡Doblás, triplicás la apuesta!
No te arrepentís de tu creatura sino que nos salvás, nos reparás, y nos asociás a tu obra reparadora.
¡Locura de Amor de Dios! No lo achica nuestro pecado sino que le provoca un don mayor.