lunes, 31 de mayo de 2010

La Visitación









Embarazada de Jesús, corrés al encuentro de tu prima Isabel para compartir con ella la Buena Nueva y ayudarla en sus trabajos.
Te veo, Madre, modelo de la vida religiosa apostólica. Concedenos de tu Hijo estar llenos de Él, para llevarlo y anunciarlo a los hermanos, buscando aliviarlos también en sus necesidades.

jueves, 20 de mayo de 2010

casi sin palabras

Sabés, Jesús, que en estos días que tenemos demasiado trabajo, se me terminan las palabras. Mi estar con vos es eso: sólo estar, sin mucho, o con casi nada para decir. Apenas leer el texto del Evangelio y tratar de entenderlo.
Pero también te agradezco 'estar' así.
Es de verdaderos amigos estar juntos sin decirse nada. Y con vos esto sí que se puede.
Por otro lado, sé perfectamente Jesús que el que da, el que obra en la oración sos vos. Yo apenas pongo. Este tiempo pongo la alegría y la confianza de estar con vos y dejar que hagas en mí.
¡Gracias! ¡Te quiero!

miércoles, 5 de mayo de 2010

La vid y los sarmientos.

El Evangelio de hoy es el de la vid y los sarmientos.
“Yo soy la vid y ustedes son los sarmientos”
¡Qué fuerte, qué central, es en vos Jesús este tema de la comunión!:
Comunión tuya con el Padre, en el Espíritu. “El Padre y yo somos uno”
Comunión tuya con nosotros. Yo la vid y ustedes los sarmientos; permanezcan unidos a mí.
Comunión entre nosotros: “Amense los unos a los otros como yo los amé”

¡Y nosotros, Jesús!... Que tantas veces buscamos separarnos… distinguirnos… cortarnos solos.
¡Qué distintos son a veces nuestros ‘valores’ a los tuyos! Tanto que hasta te diría que en algunas ocasiones nos escandalizás:
¿Cómo puede todo un Dios, no dudar en hacerse hombre para recobrar la comunión?... ¿Cómo podemos ser tan importantes para vos que, como Dios que sos, no te falta nada, no ‘necesitás’ de nadie?
Esas son nuestras preguntas. Pero tus afirmaciones –que pueden ser respuestas- dicen otra cosa: ¡Se ve que sí nos necesitás! ¡Somos, soy, importantísimos para vos!
----------
No hay duda que es totalmente verdadero decir: Dios es Amor… Así entiendo un poquito más lo de arriba.
Dame, Señor, un corazón cada vez un poquito más parecido al tuyo.