miércoles, 31 de agosto de 2011

Lucas 4, 42-43

En el evangelio de hoy me llegó mucho, Jesús, este versículo.
La gente -después que curaste a la suegra de Pedro, sanaste enfermos y liberastes demonios- te andaba buscando, tratando de retenerte para que no los dejaras.
Pero vos no lo permitís.
En todo caso, para estar con vos habrá que "seguirte", ponerse en marcha:
"El que quiera seguirme"
"Llamó a los que quiso para que estuvieran con Él y enviarlos a predicar"
"No me retengan" les decís también a las mujeres que te encuentran resucitado.

Encontrarte, Jesús, y estar con vos, nunca será -aquí en la tierra- un 'ya llegué'o "qué bien se está aquí". Siempre es caminar, salir, partir.
Hacia el Padre.
Hacia los hermanos.

sábado, 13 de agosto de 2011

Perdón

En el evangelio de ayer, Jesús y Pedro hablaban del PERDÓN.
Qué importante y, diría, esencial a nuestra vida es el perdón. Y qué poco hablamos o nos ocupamos de él.

Si pensamos seriamente, Jesús:
* Somos necesitados de perdón (perdón de Dios, perdón de los hermanos y de nosotros mismos)
* Somos perdonados, todos somos perdonados al menos por Dios que es lo más importante.
* Y somos también, porque somos creaturas de Dios y redimidas:
- capaces de perdonar
- necesitados de perdonar.
En esto, que trabajamos tal vez muy poco, nos jugamos muchas veces la vida. En el sentido de que a veces evitamos el riesgo de morir, y otras conseguimos 'vivir' sólo si perdonamos.