jueves, 25 de febrero de 2010

Mateo 7, 7-11

"Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca halla y al que llame se le abrirá ¿O hay acaso alguno entre ustedes que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pescado, le de una culebra? Si pues, ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos ¡cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se la pidan!" (Mt.7, 7-11)

En este trozo de evangelio, Jesús, nos hablás de la oración. "Pidan... busquen... llamen..."
Pensaba que, en él, nos estás entregando varias cosas:
- Podemos estar seguros con vos, de que lo que nos proponés, a lo que nos invitás, es algo que vos vivís. Nosotros, en cambio, muchas veces aconsejamos lo que no hacemos; pero vos no.
Indudablemente, si nos lo recomendás es porque sos el primero en pedir, buscar, llamar.
- Aquí, como muchas otras veces, nos estás mostrando también -y para eso estás con nosotros- quién es el Padre, tu Padre que es nuestro Padre, cómo es Él.
Está dispuesto a escuchar, hacerse presente, responder. Y todo con su inmenso Amor.
- No sólo escuchar, leer tu Palabra, sino sentirte diciéndomela.
Entonces me doy cuenta, Jesús, cómo conocés al Padre, cómo lo querés, y cómo te importa también que nosotros -yo- lo conozcamos para que así lo amemos más.
¡Gracias!

miércoles, 24 de febrero de 2010

Lucas 11, 29-32

Dame conocerTe:
“Esta generación es una generación malvada; pide un signo pero no le será dado otro signo que el signo de Jonás” (Lc, 11,29)
Quedándome sólo en esta frase del evangelio de hoy, Jesús, en que sos bien claro y duro con los judíos, ya me mostrás de vos…
A veces te presentan como un personaje pusilánime, casi sin carácter. Como si todo fuese ‘paz y bien’. Y así no te manifestás en el Evangelio:
No dudás en decirles a tus contemporáneos que son una generación malvada. Pareciera, en este caso, porque en vez de tratar de descubrir signos del Camino, de lo que quería Dios para ellos, lo que buscaban eran signos como beneficio propio; obraban por interés.
Pero lo que me impresiona esta vez, Jesús, es que, conociéndolos tan bien, no los rechazás ¡Al contrario!
Es verdad que no les das el gusto de darles lo que te piden, pero seguís adelante, hasta la muerte, en tu dar la vida por ellos.
Indudablemente ése es el amor ‘hasta el extremo’ del que habla Juan en su Evangelio.
Y lo que sucedió con ellos, sucede con cada uno de nosotros: Tu amor por nosotros –tu amor por mí- no depende del mío o de mi bondad. Es irreversible. Porque es eso: Vos nos amás primero.

sábado, 20 de febrero de 2010

Nuestra alegría


"Jesús les dijo: ¿Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos" (Mateo, 9, 15)
Si me diese cuenta Jesús, realmente, de que vos estás conmigo... estás siempre con nosotros, cada día...
Razón de nuestra alegría.
La verdad ¡qué desperdicio!... Lo tengo todo, te tengo a Vos, y por largos momentos vivo como si estuviese sola. Como 'en otra frecuencia'... y hasta buscando el motivo de mi alegría, o de mi ánimo, en cosas que no tienen nada que ver.
No es un sueño, ni una evasión, es la realidad más pura: ¡Vos estás realmente con nosotros! ¡Conmigo!

miércoles, 17 de febrero de 2010

Miércoles de Ceniza (Mt.6, 1-6.16-18)

Dame conocerTe:
Tu limosna, Jesús, quedaba en secreto. Sólo tu Padre la conocía.
Tu oración era en privado: te retirabas por la noche, otras veces antes del amanecer.
Tu ayuno no se notaba; los otros no se daban cuenta de él. Mantenías cara de fiesta; sólo tu Padre sabía de él.
Tu ayuno, tu limosna, tu oración.
Sólo Él -tu Padre- los veía... los otros -nosotros-, eso sí, constatamos sus frutos.

martes, 16 de febrero de 2010

Motivo

Animada por Benedicto, que nos pide anunciemos en la web nuestra Fe, comienzo este nuevo blog.
El otro está dirigido a todos los que quieran entrar, sin distinguir religión ni situación espiritual. Aquí trataré de poner algunos momentos de oración (encuentro), así quedan disponibles por si le ayudan a alguien.