miércoles, 7 de abril de 2010

Triunfo de la Vida



El evangelio de hoy cuenta el episodio de los discípulos de Emaús (Lc.24,13-35).
Es un muy lindo pasaje que escuchamos todos los años para estas fechas.
Esta vez, Jesús, me tocó de qué trató tu conversación con ellos mientras los acompañabas por el camino: Les explicabas cómo las Escrituras decían que “era necesario que el Mesías padeciera eso para entrar así en su gloria”…
Te detuviste en el dolor y en la muerte; misterios inherentes a la vida del hombre a partir del pecado original, y que vos asumiste plenamente dándoles, entonces, sentido redentor.
Tu triunfo Jesús, sobre el pecado, no evitó –ni para vos ni para nosotros- el dolor y la muerte. Al contrario, los aceptaste, asumiste, para darles un sentido salvífico; y que, a partir de allí -unido al tuyo- todo dolor y toda muerte, no serán más la última palabra sino verdadera fuente de Vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario