miércoles, 31 de agosto de 2011

Lucas 4, 42-43

En el evangelio de hoy me llegó mucho, Jesús, este versículo.
La gente -después que curaste a la suegra de Pedro, sanaste enfermos y liberastes demonios- te andaba buscando, tratando de retenerte para que no los dejaras.
Pero vos no lo permitís.
En todo caso, para estar con vos habrá que "seguirte", ponerse en marcha:
"El que quiera seguirme"
"Llamó a los que quiso para que estuvieran con Él y enviarlos a predicar"
"No me retengan" les decís también a las mujeres que te encuentran resucitado.

Encontrarte, Jesús, y estar con vos, nunca será -aquí en la tierra- un 'ya llegué'o "qué bien se está aquí". Siempre es caminar, salir, partir.
Hacia el Padre.
Hacia los hermanos.

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