martes, 10 de mayo de 2011

Emaús


En definitiva, no fueron los argumentos ni tus explicaciones de las Escrituras lo que hizo que te reconocieran, Jesús, los discípulos de Emaús.
Ellos lo dijeron clarito:
-¿No ardía nuestro corazón cuando nos explicaba las Escrituras?
Fue lo afectivo. Fuiste vos el que les llegaste al corazón.
A veces apoyamos nuestra religión en razones, o incluso tal vez en convicciones. Lo que será realmente decisivo, profundo y firme, será 'encontrarnos con Vos'. De corazón a corazón.

Cuando anunciamos el Evangelio ¿Brindamos ideas, valores? ¿o te presentamos a Vos, el Amigo, el Señor, Jesús?

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