miércoles, 24 de febrero de 2010

Lucas 11, 29-32

Dame conocerTe:
“Esta generación es una generación malvada; pide un signo pero no le será dado otro signo que el signo de Jonás” (Lc, 11,29)
Quedándome sólo en esta frase del evangelio de hoy, Jesús, en que sos bien claro y duro con los judíos, ya me mostrás de vos…
A veces te presentan como un personaje pusilánime, casi sin carácter. Como si todo fuese ‘paz y bien’. Y así no te manifestás en el Evangelio:
No dudás en decirles a tus contemporáneos que son una generación malvada. Pareciera, en este caso, porque en vez de tratar de descubrir signos del Camino, de lo que quería Dios para ellos, lo que buscaban eran signos como beneficio propio; obraban por interés.
Pero lo que me impresiona esta vez, Jesús, es que, conociéndolos tan bien, no los rechazás ¡Al contrario!
Es verdad que no les das el gusto de darles lo que te piden, pero seguís adelante, hasta la muerte, en tu dar la vida por ellos.
Indudablemente ése es el amor ‘hasta el extremo’ del que habla Juan en su Evangelio.
Y lo que sucedió con ellos, sucede con cada uno de nosotros: Tu amor por nosotros –tu amor por mí- no depende del mío o de mi bondad. Es irreversible. Porque es eso: Vos nos amás primero.

2 comentarios:

  1. Gracias por este nuevo blog, por compartir tus resonancias del Evangelio. Ya te agrego a mi lista, también con este espacio!

    Un abrazo!!

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  2. Querida hermana, esto tiene mucho que ver con el Evangelio del domingo, así nos lo explicó el padre en la homilía: nosotros tentamos a Dios, como el diablo con los panes, cuando le pedimos cosas exigiéndoselas, y le tentamos como en la caída del Templo cuando condicionamos nuestra fe en Él a que nos lo conceda. Son, de alguna forma, como los signos que los judíos exigían a Jesús para creer en Él.

    Tiene razón con lo de los enfados de Jesús: no creo que esta escena fuera en tono cordial.

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